Aunque no es ninguna novedad, la mayoría de padres y madres hoy en día ven muy complicado conciliar su vida profesional y laboral. Esto se debe, principalmente, a los horarios de trabajo que conllevan a tomar decisiones tan duras como ver menos a sus hijos.
Es cierto que la llegada del teletrabajo, impulsado por la pandemia, ha permitido ayudar a conciliar a muchas familias. Sin embargo, ¿que sucede con aquellos empleos en los que es imposible trabajar a distancia? Los maquinistas de Metro se encuentran en esta situación y el principal problema son los horarios establecidos.
Hasta el año 2019, la única posibilidad para adaptar la jornada de trabajo para conciliar la vida laboral y familiar era solicitar una reducción de jornada por cuidado de un hijo. Pero, tras el Real Decreto 6/2019 existe otra posibilidad que es la de adaptar la jornada (sin reducirla) para conciliar la vida laboral y familiar solicitando adaptaciones de la duración y distribución de la jornada de trabajo.
Desde SCMM hemos hablado con una maquinista que es un claro ejemplo de esta situación a la que se enfrentan más de la mitad de los padres en la actualidad. Con dos hijas de tan solo tres y un año de edad y residiendo en un pueblo de Toledo, vive uno de sus momentos más complicados.
Por las experiencias de sus compañeros, está convencida de que por mucho que pida la conciliación, no se le van a dar. Esto se debe a que el padre de sus hijas trabaja de noche y se puede encargar de llevarlas y recogerlas del colegio y estar todas la tarde con ellas hasta que regrese su madre del trabajo, por lo que no estarían desatendidas- siendo esta una de las principales causas para obtener la conciliación. Entonces, ¿cuál es el problema? Que la maquinista no vería prácticamente a su hijas en todo el día y siendo tan pequeñas, es algo por lo que está dispuesta a luchar.
La segunda opción, podría ser una reducción de jornada. Sin embargo, solo podría conseguir de tardes, algo que seguiría sin compensarle, ya que las mañanas se encuentran muy cotizadas y al no estar desatendidas sus hijas sería muy complicado obtenerlo. Además, al vivir cerca de Toledo y no terminar siempre su jornada de trabajo donde empieza puede llegar a tardar hasta una hora si contabiliza atasco.
Ahora, ha solicitado un cambio de horario para fines de semana y festivos, esperando a que se lo concedan ya que al horario nocturno no puede acceder debido a que las niñas, en esa situación, si que quedarían desatendidas. De esta forma, las tardes de lunes a viernes podría estar con su hijas y aunque sean menos horas de trabajo, prefiere priorizar su vida personal. De momento, esta es la única opción que le encaja, sin ser la más deseada.
La maquinista de Metro considera que existe un horario perfecto, del cual no pueden disfrutar ni ella ni sus compañeros: empezar a las 9 horas y terminar a las 18. Este turno si que lo tienen los técnicos de Metro pero, lamentablemente, lo maquinistas no pueden optar a ello.
Por tanto, el principal problema es que, al igual que otros compañeros que se encuentran en la misma situación, no ve a sus hijas no que no estén desatendidas y, por ello, conseguir la conciliación es bastante difícil. La reducción de horas no compensa en este caso al vivir lejos ya que gana menos dinero pero sigue gastando lo mismo en gasolina. Es decir, más que reducción de horas la única opción viable es reducción de días.
Del mismo modo, habrá muchos otros compañeros que se sientan identificados con esta historia, donde obtener la conciliación parezca inalcanzable, por diversos factores, y la reducción de horas no sea factible.